Hacer heridas y quemaduras
Este procedimiento es el más sencillo y rápido que conozco.
Necesitamos: papel de celulosa, látex líquido, sangre artificial, pinturas de cara de colores (mejor en crema, no al agua), polvos color carne. Es muy importante que los productos procedan de tiendas especializadas para evitar las alergias.
Paso 1: Recortamos un trozo de papel del tamaño que queremos para la herida y lo vamos pegando con el látex líquido empezando por los bordes y luego cubriendo el centro. Lo mejor es hacerlo en varias capas para que no se arrugue y quede reforzada. Secamos el látex soplando o con un secador.
Paso 2: Unificamos el color con polvos sueltos o con crema. El maquillaje líquido no suele servir porque a veces es demasiado fluido.
Paso 3: Oscurecemos un poco con pintura en crema negra, marrón o incluso unos toquecitos de verde muy oscuro. Hay que tener mucho cuidado de no emborronar en exceso.
Paso 4: Echamos una gotita de sangre y la extendemos con el dedo por toda la herida.
Paso 5: A continuación, vamos matizando con la pintura en crema, según veamos: morado por los bordes, algo más de negro para quitar el brillo de la sangre, etc. Si queremos hacer una herida abierta como en la fotografía siguiente, cortamos el papel con una tijera de uñas y pintamos con negro y sangre por dentro. Es cuestión de probar y, a veces, equivocarse.