Eurípides
Dramaturgo griego, el tercero junto con Esquilo y Sófocles de los tres grandes poetas trágicos de Ática. Su obra, enormemente popular en su época, ejerció una influencia notable en el teatro romano. Según la tradición, Eurípides nació en Salamina, un 23 de septiembre probablemente del año 480 a.C. y recibió una esmerada educación. Las obras de Eurípides comenzaron a representarse en los festivales dramáticos de Ática durante el año 454 a.C., pero hasta el año 442 a.C. el autor no obtuvo el primer premio. Esta distinción, pese a su prolífico talento, no recayó sobre él más que en cuatro ocasiones. Además de sus escritos se interesó muy especialmente por la filosofía y la ciencia. Fue un hombre austero, y se consideraba incomprendido por sus contemporáneos, conclusión que, por lo demás, no carece de fundamento, pues fue frecuentemente objeto de ataques por parte de los escritores atenienses de comedia: Aristófanes lanzó contra él una sátira en Las ranas (405 a.C.). Las obras de Eurípides eran criticadas por su carácter anticonvencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y religiosos tradicionales. A pesar de todo, sus obras se hicieron famosas en toda Grecia. Al final de su vida abandonó Atenas y se instaló en Macedonia.
A diferencia de Esquilo y Sófocles, Eurípides representaba los nuevos movimientos morales, sociales y políticos surgidos en Atenas hacia finales del siglo V a.C. Se interesó ante todo por el pensamiento y las experiencias del ser humano ordinario, más que por las figuras legendarias del pasado heroico. Si bien bebió en las fuentes de la mitología antigua, Eurípides trataba a sus personajes de un modo realista: ya no eran símbolos idealizados y ajenos a la vida normal, sino que se comportaban como sus contemporáneos atenienses. Eurípides asignó un lugar destacado en su obra a los personajes femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del crimen o la virtud.
La estructura de las obras de Eurípides se ha tachado a menudo de imperfecta por el uso del coro como un elemento independiente de la acción, y por el hecho de que sus obras se basan con frecuencia en brillantes episodios inconexos, que no constituyen una unidad coherente para el desarrollo gradual de la trama. Sin embargo, en obras como Medea (431 a.C.), la trama se desarrolla sin obstáculos hasta alcanzar su clímax devastador. También se le ha criticado el uso de un prólogo explicativo en el que pone en conocimiento de los espectadores sucesos anteriores al comienzo de la obra y a menudo esboza también los acontecimientos futuros. Aristófanes lo ridiculizó por el uso mecánico y exagerado de este recurso, normalmente cargado de largas historias acerca de los personajes dramáticos. Otros de sus recursos eran el deus ex machina, o introducción inesperada de un dios para facilitar o provocar el desenlace, y la alteración de las leyendas en función de las necesidades de la trama. Eurípides extrajo sus tramas de las mismas fuentes que los demás dramaturgos griegos. Los mitos y leyendas griegos llamaron poderosamente su atención, en particular las aventuras de héroes atenienses, como el caso de Teseo. También buscó nuevos temas de inspiración, inclinándose de manera especial por aquéllos que sugerían emociones violentas y actos románticos. De las numerosas obras atribuidas a Eurípides se conservan diecisiete tragedias y un drama satírico, Los cíclopes. Entre las tragedias de fecha conocida destacamos Medea (431 a.C.) y Las troyanas (415 a.C.)
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