Soy un animal
A pesar del título de este ejercicio, no se trata de hacer el animal, sino de observar e imitar los movimientos de los animales.
Es un ejercicio muy útil para trabajar la elasticidad, la observación y la concentración.
Todos los alumnos andan por el espacio, aprovechamos para practicar una respiración consciente y para calmar los ánimos que suelen llegar a clase alterados por el mundo exterior.
El profesor marca el ritmo del "paseo" y aprovecha para dar indicaciones sobre, por ejemplo, la necesidad de cubrir los espacios vacíos.
Cuando ya el paseo va fluyendo, el profesor propone un animal: por ejemplo: un caballo. Sin acelerar el ritmo, el alumno va explorando la manera de andar del caballo y va imitando algunos movimientos.
El profesor va proponiendo situaciones: son caballos en un hipódromo... y los alumnos deben colocarse en la posición de salida. Son caballos en la cuadra... y lo mismo. En algún momento puede pedir que se emitan sonidos.
El profesor propone otro animal o juega con varios animales a la vez.
Un buen final es hacer, con sonidos, una asamblea de animales.
Este ejercicio suele ser muy divertido y muy útil para explorar posturas y movimientos.