Susurrando tu nombre
Este ejercicio pretende la concentración utilizando el sentido del oído.
Los alumnos se distribuyen en parejas: uno se venda los ojos y otro se sitúa a unos metros de su pareja. Trabajan cuatro o cinco parejas a la vez, aunque se podría hacer con algunas más si el espacio de ensayo es grande. El que no tiene los ojos vendados debe susurrar el nombre de su compañero mientras se mueve muy despacio y el que tiene los ojos vendados debe intentar guiarse por ese susurro. Naturalmente, el secreto está en aislarse del resto de las voces.
A una señal del profesor los que están diciendo los nombres deben parar para que sus compañeros consigan llegar hasta ellos y así acabar el ejercicio.